Pasaje del año
El ultimo día del año
no es el último día del tiempo.
Otros dias vendrán
y nuevos muslos y vientres te darán el calor de la vida.
Besarás bocas, rasgarás papeles,
harás viajes y tanto aniversario, diploma promoción,
gloria, dulce muerte, con sinfonía y coro,
que el tiempo quedará completo y no oirás el clamor,
los irreparables aullidos
del lobo, en la soledad.
El último día del tiempo
no es el último día de todo.
Siempre queda una franja de vida
donde se sientan dos hombres.
Un hombre y su contrario,
una mujer y su pie,
un cuerpo y su memoria,
un ojo y su brillo,
una voz y su eco,
y hasta Dios, quien sabe…
Recibe simplemente este regalo del acaso.
Mereciste vivir una año más.
Desearías vivir siempre y agotar la borra de los siglos.
Tu padre murió, tu abuelo tambien.
En ti mismo ya expiraron muchas cosas, otras esperan
pero estas vivo. Una vez más estás vivo
y copa en mano
esperas el amanecer.
El recurso de embriagarse,
el recurso de la danza y el grito,
el recurso del billar,
el recurso de Kant y la poesía,
todos ellos…y ninguno resuelve nada.
Surge la mañana de un nuevo año.
Las copas están limpias, ordenadas,
el cuerpo gastado se renueva en espuma.
Todos los sentidos están alertas.
La boca está comiendo vida.
La boca está repleta de vida.
La vida resbala de la boca,
lame la mano, las veredas.
La vida es gorda, oleosa, mortal, subrepticia.